La simbología del Guerrero ha sido adoptada por una gran cantidad de doctrinas espirituales para ilustrar y equiparar las cualidades de los antiguos guerreros con la implacable batalla que significa la búsqueda espiritual. Aunque los guerreros luchaban con todas sus fuerzas y capacidades morales contra un enemigo especifico, no ocurre igual con el guerrero espiritual porque la lucha y el enemigo que este enfrenta está en su interior y no es otro que el mismo!
De esta manera comienza una cruzada que inicia con la atención a un llamado interno que lo impele a la búsqueda de algo que, sin saber que es, siente como autentico, real y trascendente. Una dura batalla contra la incertidumbre y el miedo que son los enemigos de primer frente en esta guerra interior. A medida que el guerrero gana posición sobre estos temibles adversarios va adquiriendo una nueva cualidad; la claridad! Poco a poco el panorama incierto de antes, se va despejando y nuevas estrategias de combate, más efectivas y precisas, van surgiendo. Ahora la búsqueda tiene un norte y se cuenta con herramientas más eficaces para proseguir, pero con la victoria sobre el miedo y la incertidumbre se vuelve imprudente. La claridad que ahora posee le lleva a sobreestimar al siguiente enemigo, mucho más astuto, veloz y experimentado; el Poder!
Si, la claridad le otorga efectividad al guerrero y la efectividad le dota de poder. Un poder que por impericia nunca ha estado en capacidad de gestionar, y está fuerza tan poderosa puede ser negligentemente manipulada con consecuencias terribles en contra de otros y por descarte en contra propia. Es aquí cuando la mayoría de los guerreros “caen en batalla”. Pero si providencialmente logra dominar a este peligroso enemigo, apenas ha llegado al portal de la mitad del camino, el cual está resguardado por el más implacable y veterano de todos; el Tiempo!
El tiempo es un especialista en sitiar y ser sitiado. El sabe que un guerrero no puede esperar indefinidamente y por ello doblega su poder y claridad con la impaciencia y la ansiedad. Un guerrero con poder y claridad no sabe y no puede esperar, lo que lo hac
e vulnerable a la emboscada del “paso de los años”. Sin embargo paradójicamente mientras el guerrero ve disminuir sus posibilidades por agotamiento entrópico , junto con la perdida de fuerzas vitales viene la iluminación! Ahora entiende que la claridad ganada a pulso contra el miedo y la incertidumbre era tan solo un enemigo más…un espía infiltrado dentro de su propio ejército para diezmarlo desde adentro. Este enemigo le hizo confundir la orientación de la búsqueda, todo el tiempo estuvo enfocado hacia afuera cuando debió haber empleado todo su vigor, claridad y poder en buscar adentro! Todo el tiempo se preocupó por acumular, adquirir y almacenar pertrechos cuando debió haberse deshecho de todo lo no esencial!
Ahora el guerrero ha comprendido… pesadamente se incorpora con la exigua vitalidad que le resta y toma su espada pero desecha el yelmo y la armadura (pesan demasiado) y se dispone a enfrentar a el último enemigo que le espera pacientemente y sin apuro; el Tiempo!
Solo el guerrero implacable, aquel que no renuncia a la búsqueda y que decide desechar lo último que ya le queda (el mismo), logra, no derrotar al tiempo, sino ganar su respeto! Entonces el tiempo se hace a un lado sin presentar batalla y la eternidad le pertenece…su búsqueda y su batalla han llegado a su final!