Se ha interpretado está frase como una astucia de Jesús para eludir la trampa que le habían colocado los fariseos y tal vez él eludió la trampa, pero la enseñanza oculta detrás de la misma no ha sido comprendida y la sociedad actual, al igual que la antigua, continua cayendo en ella.
Los sacerdotes mostraron una moneda con la acuñación de la cara de Cesar y pretendían que Jesús insinuara que era injusto pagar impuestos a Roma para tener argumentos para enjuiciarlo, el Mesías dejó bien claro quién era el dueño del dinero con su respuesta, pero hasta ahora la gente sigue sin entenderlo!
Los sueños son nuestros…el dinero con el que pretendemos adquirirlos no! Ya se trate de una casa, comida y provisión, viajes y hasta el amor en algunos casos, todo el mundo utiliza el filtro del dinero como puente para llegar a lo que anhela. Pero el dinero ya sea representado en oro, en billetes, en títulos o en números digitales le pertenecen a quienes lo crearon y no los impusieron. Son ellos quienes dictan su valor de intercambio y deciden cuando es legal su utilización y cuando no.
La trampa quedó montada y aún cuando no funcionó en el Maestro Jesús, si ha funcionado a la perfección en nosotros. El dinero como símbolo es un amo tiránico que tiene el poder de cambiar nuestras emociones y nuestras actitudes…el dinero como energía es el más fiel y obediente sirviente qye nos otorga todo lo que necesitamos y muchísimo más. El dinero como símbolo necesita expresarse en billetes y monedas cuyo único valor es el que le han asignado sus dueños creadores, el dinero como energía es libre, abundante e ilimitado y le pertenece a todo aquel que quiera y sepa hacer uso de él.
Cuando a un anhelo del alma se le imprime una emoción se manifiesta y precipita al plano material, pero si dicho anhelo se filtra a través del tamiz del dinero ya no le pertenece al alma. Lo que queremos no es el oro sino las cosas que se pueden adquirir con el, sin embargo lo único que en verdad se puede adquirir con dinero es la sensación de poder en cualquiera de sus expresiones, todo lo demás si se desea fervientemente llega como esencia y substancia. La frase que encabeza este artículo bien podría ser complementada con otra frase del gran maestro espiritual: “Mirad las aves del cielo, que no siembran, ni siegan ni juntan en alfolíes; y vuestro Padre Celestial las alimenta. ¿No sois vosotros mucho mejores que ellas?”